miércoles, 28 de octubre de 2015

El mejor vaso para cada cerveza




En esta entrada os recomiendo usar el vaso perfecto para la cerveza, que en el momento de bebértela, para ti, es la perfecta, así que consiguelo con el vaso que le hace falta para degustar bien, y poder sacarle todo el sabor, el olor y la textura que se merece.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares.

martes, 27 de octubre de 2015

Historia de la cerveza en España


Ahora vamos con la historia de este manjar de Dioses pero en España.
 



El origen de la cerveza en España es un tanto impreciso, y como decía, puede remontarse hasta el hombre prehistórico, ya que a lo largo de las ultimas décadas, se han ido encontrando pruebas de que la cerveza ya era consumida en aquellos tiempos, entre los restos de poblados prehistóricos que han ido saliendo a la luz en diferentes excavaciones repartidas por nuestra geografía: Geno (Lérida), Ambrona (Soria), etc. En la hispana romana, también se han encontrado evidencias del consumo de cerveza, en algunos escritos de oradores e historiadores de la época. En aquella época la cerveza era una bebida elaborada artesanalmente a partir del trigo, mezclado con unas serie de hierbas que le daban un sabor austero y que los habitantes de la época llamaban "celia", o "ceria" en honor a la diosa Ceres.

Tras la caída del imperio romano, la cerveza fue considerada como un producto de no muy buena calidad. La escasa (por no decir nula) afición de los musulmanes por beber alcohol contribuyo a que no se mejorara la calidad de la cerveza. En la Edad Media, se vuelve a restablecer la producción de cerveza, y como evidencia de ello podemos encontrar la presencia de lúpulo en la iconografía de la catedral de León, añadida en el siglo XIV. Pero en realidad tuvo que venir alguien desde tierras extranjeras para que la calidad, de lo que hasta entonces era considerado un brebaje, experimentase cierta mejoría. Carlos V fue el verdadero responsable del inicio de la producción profesional de cerveza en España.

Carlos V, era originario de Gante, ciudad que fue testigo de su nacimiento en 1500 en pleno corazón de Flandes. Ya en su adolescencia tuvo que reinar sobre una cantidad de territorios tal, que podía perder la cuenta. Termino siendo de hecho el hombre más poderoso de Europa y del mundo en aquella época. Entre las condiciones que tuvo que cumplir para acceder a la corona se encontraba la necesidad de aprender a hablar castellano y venirse a vivir a Castilla. Esto sin lugar a dudas tuvo que considerarlo como razonable, pero claro, abandonar la buena cerveza de su tierra natal, eso era harina de otro costal. Por este motivo ordeno contratar los servicios de un maestro cervecero centroeuropeo y emprendió la construcción de una fábrica de cerveza en España, la primera de la que se tiene constancia en nuestro país. La fábrica, por cierto, fue construida en la ribera del Manzanares por la calidad de sus aguas, a pesar de que la capital aun no había sido trasladada Madrid, y las cortes se encontraban en Valladolid, la capital del reino en aquellos momentos.

La fábrica se puso en marcha en el año 1537 y fabrico para el rey cerveza que gustaba de tomar helada, para desesperación de sus médicos. Durante los años previos a su muerte, en su retiro en el monasterio de Yuste (Cáceres) en 1558, la fabrica cerro. Y he aquí, el motivo del origen de la primera cerveza de abadía española (estilo belga) que podéis encontrar en los supermercados hoy en día, ya que en honor a este emperador, y su retiro en el monasterio extremeño, el grupo Heineken decidió comercializar Legado de Yuste.

Pero volviendo al siglo XVI, tras el cierre de la fábrica madrileña, solo quedaba en activo una fábrica de cerveza en España, situada en Sevilla. Pero por poco tiempo. El sucesor de Carlos V, su hijo Felipe II mando restablecer la producción de cerveza a orillas del Manzanares (entonces si que Madrid comenzó a ser capital del reino tras el traslado de la capitalidad). El número de grandes fábricas variaba, pero ya nunca más dejaría de existir producción de cerveza en España. Durante el reinado de Felipe IV, comenzaron a darse los privilegios para la elaboración artesanal de cerveza. Hay que tener en cuenta, que en aquella época era necesario en la mayoría de los casos, contar con un permiso o dispensa del propio monarca para poder producir cerveza.

Aunque la cerveza ya había conseguido establecerse de forma definitiva en España, la cerveza que se consumía no era en todos los casos de muy buena calidad, sino más bien todo lo contrario. Las familias mas adineradas y de la nobleza se procuraban vino, por el cual sentían mas atracción, a pesar de que se requiere mucho mas cuidado en su elaboración. Se llegaba a escribir en algún libro de la época que beber cerveza era casi como beber "orines de rocín con tercianas", por su sabor. Quizás un poco exagerado el símil, pero claro, ninguno de nosotros vivió esa época para poder ratificar la veracidad de semejante comparación. A pesar de ello, su consumo se continúo gravando con mayores impuestos durante los siglos subsiguientes, debido a las crecientes dificultades económicas de la corona para mantener tan vasto e inestable imperio. Carlos II, el último monarca de Los Asturias, gravo por primera vez la cerveza en 1679, con el fin de financiar los gastos de su primer casamiento. Y a partir de 1701 la producción de cerveza termino siendo declarada monopolio estatal, para desgracia de tres importantes fábricas cerveceras de Santander, cuya calidad era sensiblemente superior y que a pesar de ello fueron clausuradas.

La producción de cerveza se mantendría durante décadas con varios altibajos hasta el siglo XIX. Sin técnicas de frío, ni los conocimientos necesarios para el proceso de elaboración, es lógico que la gente de la época se inclinase por otras opciones y prefiriese otras bebidas refrescantes, como la horchata levantina o la zarzaparrilla. Si había que beber cerveza, se procuraba mezclar con zumo de limón, para suavizar y disimular el sabor. Imaginad las lamentables condiciones en las que se hallaba la producción y consumo de cerveza en aquel entonces. Pero a mediados del siglo XIX se inicio el cultivo del lúpulo peninsular en gran escala, lo cual influyo notablemente en la producción de cerveza, de tal modo que Madrid disponía ya de seis fábricas por estas fechas. A finales del siglo XIX y principios del XX, la producción rondaba ya los 15 millones de litros y es aquí cuando se produce la verdadera revolución cervecera, y la producción experimenta un gran impulso. Es justamente cuando aparecen las grandes compañías cerveceras españolas.


El consumo evoluciona lenta y positivamente, pero esta tendencia de expansión y crecimiento de nuevo vuelve a interrumpirse durante los primeros años de la postguerra, como consecuencia obvia de la escasez de materias primas y el bajo poder adquisitivo de la población de un país que había quedado destruido por la guerra.

A partir de la década de los sesenta se dispara de nuevo el consumo. La cerveza ya ha logrado alcanzar un status de bebida refrescante y popular extendido por todo el país, y a mediados de los setenta su avance es totalmente imparable, coincidiendo con las transformaciones políticas, económicas y culturales de la sociedad española, hasta llegar a nuestros días, donde España ha llegado al cuarto puesto como país productor de cerveza de la Unión Europea. 
 
Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
 
Nos vemos en los bares.

Historia de la cerveza en Europa.

Buenos días esta mañana al igual que en la entrada anterior os voy contar un poco más de la historia de la cerveza.

http://cerveza2p0.wikispaces.com/file/view/BeerBelt.jpg/330956456/655x473/BeerBelt.jpg

La Europa bárbara de la Edad de Bronce también comienza a elaborar cerveza. La primera fuente histórica de la cerveza en Europa se sitúa en el noroeste de la península Ibérica y un poco mas tarde en el norte de Europa, en el espacio geográfico que actualmente ocupa Dinamarca. Lo que indica que la cerveza era una bebida elaborada y consumida en toda Europa, a excepción de la civilización griega, consumidora de vino.
Las primeras referencias que se tienen de la cerveza hecha en la península Ibérica provienen de Plinio en el siglo I d.C., quien cita dos tipos de cerveza diferentes. El primero lo constituían las cervezas verdes, o sidras de cebada, termino con el que describían los romanos los zumos fermentados (y del cual proviene la palabra sidra), y que se consumían durante el proceso de fermentación. El otro tipo correspondería a cervezas de guarda, que se podrían almacenar durante largo tiempo. Se tiene constancia de que existe este tipo de cerveza desde la época numantina.
No se conoce la composición exacta de estas cervezas hispánicas antiguas, y si estas estaban especiadas, pero es posible que las de guarda estuvieran aromatizadas con hierbas que permitieran una mejor conservación de la cerveza durante largo tiempo. Se ha constatado que los restos de la cerveza mas antigua de Europa data del año 2200 a.C. (valle de Ambrona, Soria). Aunque los restos arqueológicos mejor estudiados hasta el momento son los del asentamiento preiberico de Geno, en Lleida, estos indican que los habitantes de este poblado del 1100 a.C., consumían cerveza y que conocían la forma de elaborarla.
La cerveza elaborada por entonces en Geno era más o menos ácida, dependiendo de las técnicas que utilizaran y de la estación del año en que elaboraran cerveza. Esta se debía elaborar para celebraciones y tenía que ser consumida mientras estaba fermentando, ya que no podía ser guardada por largo tiempo sin la adición de otros ingredientes que permitieran preservarla de la contaminación bacteriana.
La historia de Europa es la de las guerras entre países. La cerveza también ha estado ligada a la cultura de la guerra, aunque sin tener relación alguna con sus causas. Los cerveceros eran personajes tan importantes que en la civilización babilónica quedaban exentos de luchar y solo acompañaban a los ejércitos durante las batallas para mantenerlos bien provistos de pan y de bebida. El pan evitaba el hambre del guerrero y la cerveza o el vino le proporcionaba el coraje y valor necesarios para la lucha. Sería interesante saber si algunas de las famosas batallas que se ganaron fueron debido a una ingesta adecuada de cerveza, de forma que los guerreros, sin estar demasiado borrachos para no ser torpes, aprovecharan los efectos del alcohol para perder el miedo a la muerte. Así la cerveza, como bebida ceremonial, paso a tener también a un componente espiritual en el guerrero y quedo ligada a la cultura de la guerra.
En el 400 a.C. la cultura de la cerveza ocupaba un lugar de excepción en toda Europa y el cuerno de beber circulaba por la península Ibérica al mar Báltico o Adriático. Tan solo subsistían dos enclaves donde el vino seguía imponiéndose, la Grecia clásica y el sur de la actual Italia. Entre las belicosas tribus del norte, la cerveza era bebida de guerreros, brebaje de héroes, y trofeo de batalla.
Mucho más tarde le toco a la Europa cristiana descubrir con espanto las crueles artes de los vikingos, poseídos de una insaciable sed de depredación y de cerveza. Tras haber retrocedido frente al avance del vino cristiano de Roma y Grecia, la cerveza volvió a bajar al mundo mediterráneo a bordo de los barcos vikingos, ya que estos embarcaban en sus naves suficientes cantidades de malta y toneles de agua como para fabricar cerveza a bordo. Así podían ofrendar a Ran o a Aegir la bebida que los mantenía a salvo de los naufragios y los vientos adversos, y disponían al mismo tiempo de una medicina que les evitaba padecer el escorbuto.
Hacia finales del año 1000 la expansión vikinga hacia el sur de Europa se detiene y los terribles saqueadores vikingos se establecen en las regiones conquistadas. En este momento en Europa se dibuja nítidamente la separación, hoy conocida, entre una Europa del vino y otra de la cerveza. La progresiva cristianización de Escandinavia, aunque permite a la cerveza mantener su preeminencia en la Europa del Norte, provoca la transformación de “la cerveza del guerrero” en bebida de uso domestico. Esta transformación será profunda y definitiva.
La dominación romana y la posterior cristianización del imperio trajeron consigo la regresión del consumo de la cerveza hacia el norte de Europa y la imposición del consumo del vino en el Mediterráneo. La cerveza quedo relegada en el Mediterráneo a ser una simple bebida popular y su elaboración restringida a la cocina de las casas. Aun así los pueblos bárbaros se resistieron a la cultura romana y a la importación del vino. La caída del imperio propicio una ola de invasión cultural pagana que el cristianismo se encargo de combatir. Esta lucha contra las costumbres paganas relego la cerveza a la cocina sin poder trascender el marco familiar.
El nuevo orden cristiano favoreció el nacimiento de la vida urbana, el mercado regional y las actividades gremiales. Es en este momento cuando el hombre sustituye a la mujer en la elaboración de la cerveza artesanal.
Durante la Edad Media la elaboración artesanal se va masculinizando en los pequeños comercios, pero es en los monasterios donde nace la autentica industria cervecera. En aquella época los monjes eran los únicos capaces de copiar manuscritos antiguos, ya que aun no se había inventado la imprenta. Por lo tanto únicamente ellos podrían aprender las técnicas cerveceras e intercambiar información con los miembros de otras abadías. Además la actividad monacal permitía disponer del tiempo necesario para llevar a cabo investigaciones. El poder económico de los monasterios, en aquel momento en plena expansión, permitía al monje cervecero mejorar así la calidad de la cerveza, ya que no tenía que preocuparse por el coste de fabricación, que era asumido por la poderosa Iglesia Católica.
Los monjes y las abadías comenzaron a interesarse por la capacidad que tenia la cerveza de atraer a los peregrinos, teniendo en cuenta que tener mas peregrinos significaba mas fama y mas poder económico e influencia en la orden. La cerveza tenía en aquel tiempo un carácter netamente de bebida alimenticia y vigorizante, por lo que resultaba ideal para el reposo de los fieles. La calidad y sabor de la cerveza que elaboraban garantizaban el prestigio de la abadía. Esta fama ayudaba a desarrollar la fe entre la población.
A partir del siglo IX se conoce la existencia de cervecerías dentro de los monasterios, donde producían por entonces tres cervezas diferentes: la prima melior, destinada a los sacerdotes y los huéspedes ilustres del monasterio; la seconda, un poco mas suave, reservada a los peregrinos que iban a orar al monasterio; y la última, que se servia a los peregrinos que pasaban por el camino.
Hasta el siglo XI la Iglesia dominaba casi todo el comercio de cerveza en Europa. Pero no es hasta la aparición de la cerveza con gruit cuando se comienza a cobrar por la bebida. Al mejorar el sabor de la cerveza también aumento su consumo entre la población que vivía en los alrededores del monasterio.
El consumo de cerveza en los monasterios era tan elevado que se tuvieron que celebrar dos concilios para recordar a los monjes que no descuidaran el cumplimiento de sus deberes: el concilio de Aquisgran (en 817) reglamentaba el uso de la cerveza y el de Worms (1255) limitaba el consumo de cerveza a los días de fiesta.
El lúpulo empieza a cultivarse en el siglo VIII, en los alrededores del monasterio de Freising (Alemania). Si bien llego a este país desde los Países Bajos (Brabante, Flandes), donde la fabricación de la cerveza con lúpulo se practicaba ya anteriormente. La primera constancia documental del empleo del lúpulo en la elaboración de cerveza elaborada con lúpulo hay que buscarlo probablemente entre los mongoles. La epopeya finlandesa Kabala, cuyo origen es anterior a la emigración desde Asia a Europa, habla de lúpulo al describir detalladamente la preparación de la cerveza.
La introducción del lúpulo en la elaboración de la cerveza no se generaliza en toda Europa hasta los siglos XIII y XIV. Se cree que inicialmente se usaba en los monasterios para amargar el sabor y moderar el consumo por parte de los habitantes de los alrededores. Pero la experiencia mostró a los monjes las propiedades inmejorables del lúpulo para conservar la cerveza durante mucho más tiempo. Además la introducción del lúpulo como aromatizante aumento paulatinamente el consumo, junto con los excesos que acompañan a la ingesta desmesurada de alcohol. Algunos
estamentos de la Iglesia se alzaron contra los supuestos maleficios de esta planta de la cerveza, vaticinando graves daños para la salud de quienes eligiese beber bière (que era el nombre popular de la cerveza aromatizada con lúpulo) en vez de la tradicional cervoise.
Por estas fechas el éxito de la cerveza de las abadías atrajo el interés de los señores feudales ante la posibilidad de la recaudación de impuestos sobre la actividad de elaborar cerveza. A partir del siglo X se permite la actividad de cerveceros laicos, y el señor feudal comienza a tomar las riendas de este fenómeno comercial. Los fabricantes laicos, sujetos a impuesto por elaborar sus cervezas, comienzan a quejarse de la competencia ilegal de las abadías cerveceras, lo que provoco la pérdida de privilegios y la eliminación de las fábricas de los monasterios.
Del siglo XII en adelante los cerveceros de oficio organizados en gremios sustituyen definitivamente a los monjes y la enorme competencia obliga a mejorar de modo considerable las cervezas de origen laico. Los impuestos que los gobernantes cargan sobre la producción castigan duramente a los monasterios, que ya no pueden continuar produciendo gratuitamente. Con la aparición de la realeza, comienza el reinado de las corporaciones cerveceras.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
 
Nos vemos en los bares.

El origen de la cerveza actual.


La cerveza liquida tal como la conocemos fue elaborada por primera vez por la cultura china, que también es responsable de las innovaciones técnicas fundamentales para poder realizarla.

En la China del siglo II a.C. ya se conocían tres clases de cervezas: en la regiones del norte (consumidoras de mijo y de trigo) la shu, ancestral producto de la fermentación del mijo, y la chiu, una bebida de candeal de color claro, mas amarga que las otras y que exigía un tiempo de preparación mas largo (posteriormente chiu es el nombre genérico de todas las cervezas chinas). En las regiones del sur (consumidoras de arroz) la li era una cerveza de arroz muy suave y casi incolora. Cada una de ellas existe a su vez en tres calidades distintas, según el grado alcohólico, la intensidad del sabor y el grado de clarificación. Es en China donde también aparecieron por primera vez las cervezas de estación. Entre ellas la mas popular era la chin de primavera, y las especialidades como la p’ei (que no se filtraba y es mas conocida bajo el nombre popular de “hormigas flotantes” debido a los restos de granos que se conservaban en el liquido), y la sang-lo. 
 
Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares.

lunes, 26 de octubre de 2015

Cerveza BADUM Peñiscola.

Buenos días cervezeros, esta mañana la entrada es referente a la cerveza de Peñiscola, cerveza artesana Badum.

En el puente del Pilar fuimos a Peñiscola de visita, sabía de antemano que allí se hacía dicha cerveza, y concerté para el sabado una visita guiada por la microcervecería.
Mi mayor sorpresa al llegar a Peñiscola fué que la cerveza nos la ofrecían en todos los bares que pediamos una y eso me causo, aparte de asombro, una gran alegría, porque para un amante de la cerveza artesana es un placer poder tomar una en cualquier bar.
La visita fue una maravilla, la chica de la microcervecería fue muy amable y muy simpatica, la visita costó 5€ y me pareció baratísima incluso nos dieron a probar (algunas varias veces) todas las cervezas que fabrican. Os recomiendo si vais por Peñiscola, aparte de tomar sus cervezas, que no dudeis en concertar una visita guiada, no os arrepentireis.

BADUM
Os explico que cervezas hacen y como son cada una:

Badúm es una cerveza artesana, natural, singular y autóctona, elaborada de forma artesanal. Su nombre supone un reconocimiento y puesta en valor del patrimonio histórico y natural de Peñíscola, representado por la torre Badum, torre de origen medieval alzada sobre un acantilado de más de 95 metros de altura en pleno paraje natural de la Serra d’e Irta.
Elaboran cervezas especiales, de alta fermentación y refermentadas en su propia botella, en donde cogen el gas que forma la espuma y evolucionan con el tiempo.
Su cerveza no pasa por procesos industriales como el filtrado ni el pasteurizado de la cerveza, porque creemos en la pureza de los productos artesanos.
Su producción de cerveza es limitada y elaborada de forma artesanal desde el molido de la malta hasta el etiquetado de las botellas.

Estas son las cervezas que hacen:

BADUM PILSEN
 
Cerveza rubia de alta fermentación y refermentada en botella, sin aditivos y sin pasteurizar. Elaborada con metodos artesanales para mejorar el sabor, los aromas y las propiedades nutritivas.
Una auténtica cerveza artesana pilsen, fabricada en Peñíscola. 
Ingredientes: Agua de Peñíscola, maltas, lúpulo y levadura. 


BADUM TRIGO

Cerveza rubia de alta fermentación y refermentada en botella, sin aditivos y sin pasteurizar. Elaborada con métodos artesanales para mejorar el sabor, los aromas y las propiedades nutritivas.
Ingredientes: Agua de Peñíscola, maltas, trigo, lúpulo y levadura.

BADUM ALCACHOFA

Cerveza tostada de alta fermatación y referementada en botella, sin aditivos y sin pasteurizar. Elaborada con métodos artesanales para mejorar el sabor, los aromas y las propiedades nutritivas.
Entre los ingredientes cuenta con la alcachofa de Benicarló, la cual ayuda a prevenir problemas circulatorios y cardiovasculares.
Ingredientes: Agua de Peñíscola, maltas, trigo, lupulos, levadura y alcachofa de Benicarló.

También pero en temporada suelen hacer BADUM CALABAZA y BADUM CEREZA
estas dos últimas no tuve el placer de probarlas.

Buenos espero que os sirva al menos para cuando visiteis Peñiscola o alrededores podais degustar una gran cerveza.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares.