viernes, 6 de mayo de 2016

COMO SERVIR LA CERVEZA PERFECTA

En muchos establecimientos tirar bien las cañas ha pasado a ser algo secundario, pero, por suerte, aún quedan muchos profesionales con la destreza suficiente para tirar una caña como Dios manda
Foto: Javier Sánchez, ganador del concurso de tiraje de cerveza, en la final andaluza. (Estrella Galicia)
Javier Sánchez, ganador del concurso de tiraje de cerveza, en la final andaluza. (Estrella Galicia)

Hasta los años 80, el vino era la bebida alcohólica más consumida de España, pero en esa década la cerveza desbancó a la que hasta la fecha era la bebida nacional. Entre 1982 y 1990 el consumo de cerveza creció casi en un 50% (de 50 a 73,5 kilogramos por persona al año), un crecimiento que fue casi paralelo al descenso del vino. Y es una tendencia que permanece imparable: a los españoles nos encanta este exquisito brebaje.
Ahora bien, a medida que se ha ido popularizando el producto, también ha disminuido su consideración. En el norte de Europa la cerveza fue siempre la bebida de las clases populares, pero en España, por el contrario, fue la bebida preferida de la burguesía y, después, de la clase media urbana. Apenas se consumía en casa y el ritual que rodeaba a su disfrute en los bares era sagrado. De un tiempo a esta parte el panorama ha cambiado enormemente: la competencia cada vez es más feroz –por culpa, sobre todo, de las cadenas low cost– y en muchos establecimientos tirar bien las cañas ha pasado a ser algo secundario.
Por suerte, aún quedan muchos profesionales con la destreza suficiente para servir una caña como Dios manda. Esta semana se ha celebrado en Madrid la Final del II Campeonato Nacional Estrella Galicia de Tiraje de Cerveza profesional, en la que resultó ganador el barman jerezano Javier Sánchez. El propietario de la Cervecería Gorila demostró que, al contrario de lo que pensamos la mayoría de madrileños, también se tiran buenas cervezas más allá de la M-30.
“Madrid tiene una gran tradición cervecera, de servir buenas cañas”, reconoce Sánchez a El Confidencial, pero no quiere decir por ello que su tiraje sea siempre mejor. “En el sur, por ejemplo, las cervezas son más refrescantes y el tiraje es de otra manera. Cada cerveza tiene un servicio distinto”, apunta.
“La materia prima seleccionada en España por las grandes multinacionales es de peor calidad”
Más importante es el empeñó y dedicación que quiera darle cada hostelero a sus cañas. “Yo llevo desde el 87 en esto de la hostelería”, explica el barman jerezano. “En mi vida he puesto un café y siempre he tenido cervecerías. Si te gusta lo que haces, lo haces con más pasión”.
El problema, explica, es que muchos establecimientos se han dejado llevar por la comodidad y, sobre todo, por el ahorro de tiempo que supone no tirar bien las cañas. “Lo fundamental es que el hostelero tenga pasión por ofrecer el producto en la mejor de sus condiciones”, explica. “Si yo hago las mejores paellas de España y como tengo mucho público en vez de tener cociendo el arroz 20 minutos lo tengo 18, a los tres meses ni tengo clientes ni hago las mejores paelas. Lo mismo ocurre con las cañas. El servicio de la cerveza tiene su tiempo”.
Por supuesto, la propia cerveza es también muy importante, y en este punto Sánchez es muy crítico. “La materia prima seleccionada en España por las grandes multinacionales es de peor calidad y bien se nota cuándo las empresas cerveceras aún están a manos de la familia”, asegura. Hoy sólo quedan dos cerveceras importantes que no pertenezcan a una multinacional: Estrella Galicia (que pertenece a los Hermanos Rivera) y Ambar (La Zaragozana).
Los hosteleros compitiendo durante la final del certamen. (Estrella Galicia)
Los hosteleros compitiendo durante la final del certamen. (Estrella Galicia)

7 pasos para tirar la caña perfecta

El hostelero jerezano explica que cada fabricante recomienda una forma de tirar las cañas pero, en el fondo, para el tipo de cerveza rubia que se suele consumir en España, el procedimiento es muy similar.
Para tirar la caña perfecta hay que seguir una serie de pasos, que varían un poco en función del origen de la cerveza, esto es, barril o botella. Y es que, como explica Sánchez, “aunque la botella tenga menos prestigio, también hay que darle su rollo”. Ahora bien, en ambos casos, una buena caña requiere de dos tiempos: uno para llenar la copa de cerveza y otro para crear la correcta espuma.
1. Elegir el recipiente adecuado
Lo primero para servir la caña perfecta es escoger el recipiente en el que va a servirse. “Cuando el maestro cervecero hace una receta al mismo tiempo que hace su puzzle está pensando qué servicio sería mejor”, explica Sánchez. “No es casualidad que cada marca tenga su cristalería, porque su bebida debe servirse en la copa o vaso que el maestro cervecero concibió”.
2. Refresca la copa
“Lo primero que debes hacer es refrescar la copa o vaso en la que se vaya a servir”, explica Sánchez. El vaso debe estar limpio (lógico), pero, además, conviene refrescarlo con ayuda del mojacopas o, si estás en casa, con un chorro de agua fría. Esto evita la mala formación de espuma y crea en las paredes del vaso una finísima película de agua que ayuda a que la cerveza se deslice con suavidad.
3. Descarta el primer golpe de espuma
Este paso sáltatelo si estás sirviendo la cerveza en botella. Pero si estás sirviendo cerveza de grifo, cuenta Sánchez, “debes hacer un pequeño descarte para que el primer golpe de espuma no entre en el vaso, porque es el que se ha quedado en el grifo y ya ha cogido aire del ambiente. Es una espuma que va a impedir el desarrollo de la cerveza que vas a servir, la va a saturar de espuma”.
La primera fase para tirar una buena caña es similar para servir una botella. (Estrella Galicia)
La primera fase para tirar una buena caña es similar para servir una botella. (Estrella Galicia)
4. Primer tiempo
Como explica Sánchez, la clave de la primera fase del tiraje reside en que la cerveza resbale por el interior de la copa para que no pierda carbónico y no genere espuma, porque en este primer paso no nos interesa. “El vaso tiene que estar en un ángulo de 45º. Conforme vamos llenando la copa, ya sea de grifo o botella, nuestro objetivo es llenar el 75% de la capacidad, en ese momento debemos poner la copa en posición vertical”, explica el galardonado cervecero. “Ahí finaliza el primer tiempo del tiraje”.
5. Segundo tiempo
El objetivo de esta segunda fase es crear la corona de espuma, que es la clave que distingue la caña perfecta de la mediocre. En este paso el procedimiento cambia notablemente entre la cerveza de botella y de barril.
En botella
La corona de espuma en botella se consigue colocando ésta perpendicular a la copa para que la cerveza caiga y rompa en el centro. Es importante elevar un poco la botella para que, al caer, la cerveza genere una corona adecuada. “Dependiendo del tipo de cerveza hay que elevarlas más o menos”, explica Sánchez. “Cuanto menos carbónico de origen tenga la cerveza más la tienes que elevar, pero normalmente se debe servir a una altura de entre 7 o 15 centímetros”.
En barril
Para servir la espuma en la cerveza de barril debemos abrir en un 25% el recorrido del grifo. “Así conseguimos que nos caiga un caudal de crema de espuma”, explica Sánchez. “Ese caudal debe romper la primera capa de espuma que obtuvimos en el primer tiraje. Llenamos con la espuma hasta el borde de la copa. En ese momento, cuando está ya echada entera, la corona de espuma o giste, debe ser de unos 3 cm.
Si se observa detenidamente, la caña perfecta debe tener tres capas de espuma. (Estrella Galicia)
Si se observa detenidamente, la caña perfecta debe tener tres capas de espuma. (Estrella Galicia)
6. Observa el resultado
Estas son, según explica Sánchez, las características de la caña perfecta: el giste debe tener una capa superior de burbuja gruesa, de como mucho un centímetro. En el centro tenemos la capa más ancha, que es propiamente la crema de espuma, y la tercera capa inferior es una nebulosa de espuma formada por burbujas muy finas. ¿Y cómo vemos todo esto? “Se distingue a simple vista observando correctamente”, explica el cervecero. ¿Y por qué es importante? “Gracias a esta formación del giste conseguimos que la cerveza no se oxide y, segundo, que no pierda la carbonización original con la que viene de fábrica”, concluye Sánchez.
7. Corrige
Si has cometido errores en el primer tiraje se crea una burbuja demasiado gruesa. Esto puede ocurrirle a cualquiera, ya sea porque has cerrado más lento el grifo o no has desechado la suficiente espuma nada más abrirlo. “Para eliminar la capa de espuma fallida es bueno un pequeño rebose en el segundo tiempo, que sirve para rectificar”, explica Sánchez. Esto es una técnica muy habitual en todas las cervecerías que, incluso, se acepta en los concursos. “A mí me ocurrió en el campeonato”, reconoce el cervecero. “Se hizo una burbuja demasiado gruesa que no era para concurso y la hice rebosar, para rectificar. En el mismo concurso teníamos una bandeja para secar la base de la copa. Se puede hacer”.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Nos vemos enlos bares.
El buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

UN POCO DE HISTORIA NUNCA VIENE MAL

Breve historia de las borracheras: del garrafón babilónico a la bacanales romanas

El hombre se emborracha desde que consiguió fermentar el alcohol, pero el poder ha intentado durante siglos que no se nos vayan las cosas de las manos... en vano


Foto: Velázquez pintó El triunfo de Baco en el año 1682, cuando la sociedad europea empezó a tomar conciencia de los peligros del alcohol.
Velázquez pintó "El triunfo de Baco" en el año 1682, cuando la sociedad europea empezó a tomar conciencia de los peligros del alcohol.

Una investigación publicada esta pasada semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha desvelado que el ser humano pudo empezar a sintetizar el alcohol mucho antes de que fuese capaz de fermentarlo. En otras palabras, el organismo preparó a nuestros ancestros para enfrentarnos a las bebidas espirituosas hace 10 millones de años, probablemente cuando nuestros antepasados empezaron a asentarse sobre tierra firme, de forma que estos fuesen capaces de digerir la fruta podrida que encontraban en el suelo.
La primera copa fue, probablemente, producto de algún accidente. Suele datarse en el año 10.000 a.C., en el período neolítico, la fecha en la que se empezaron a fermentar bebidas, puesto que se han hallado jarras destinadas al consumo de cerveza. Pictogramas egipcios muestran que en el año 4.000 a.C. ya se bebía vino en Oriente Próximo, donde se disponía de una gran variedad de bebidas: hasta 17 variedades de cerveza y 24 de vino, que se utilizaban tanto con fines recreativos como religiosos, medicinales o funerarios.
El código de Hammurabi es el primer intento de hacer frente al garrafón
Pero, ¿está asociado el consumo de alcohol indefectiblemente a las borracheras? Parece ser que así es, como explica una completa investigación publicada por David J. Hanson. Desde el albor de los tiempos ya se alertaba que el alcohol debía consumirse con moderación, pero curiosamente, en el caso egipcio, no tanto por los efectos directos de la ebriedad como por los problemas morales asociados a las tabernas donde se podía adquirir alcohol y que solían ser, al mismo tiempo, casas de prostitución.
Rápidamente, el alcohol empezó a ser descubierto por las diferentes civilizaciones de todo el planeta: los babilonios eran, por ejemplo, grandes aficionados a la cerveza y el alcohol. El código de Hammurabi es el primer intento de hacer frente al garrafón, ya que en él se aclara que “si una tabernera rebajara la calidad de la bebida y esto fuese probado, será arrojada al agua”. El ahogamiento era una de las tres ejecuciones previstas en el Código, junto a la hoguera y el empalamiento. Nadie le toca su bebida a un mesopotámico.

El brebaje de los Dioses 
En muchas ocasiones, y debido a los efectos que produce, el alcohol ha sido considerado como un catalizador de la vida espiritual. Es lo que ocurre en China, donde un edicto del año 1.116 aclaraba que el uso del alcohol con moderación es una prescripción sagrada. Las autoridades eran conscientes de que el ser humano no puede salir adelante sin una cerveza ocasional, por lo que descartaban su prohibición, aunque alertaban contra el abuso de los espirituosos. En la Grecia clásica, Platón animaba al consumo moderado de alcohol, pero también se mostraba preocupado ante su abuso.


Alejandro Magno era un conquistador (y un bebedor) de leyenda.
Alejandro Magno era un conquistador (y un bebedor) de leyenda.
Harina de otro costal eran Alejandro Magno en particular y los macedonios en general, que rendían culto a Dioniso, dios del vino. El propio Magno murió después de una noche de borrachera, que lo debilitó hasta perder la movilidad, la vida y el habla. Fue sin duda la peor resaca de su vida y, envenenado o no, poco después, su vida tocaría a su fin. La Roma Clásica se moderó hasta la conquista del Mediterráneo en el II a.C. A partir de entonces, el consumo empezó a aumentar, hasta alcanzar su culmen durante el declive de la República. La frugalidad y templanza habían sido sustituidas por la ambición y la corrupción.
Es bastante probable que Atila, rey de los hunos, muriese por el alcohol
Los emperadores no siempre fueron modelos de conducta. Nerón propinó una patada a su mujer Popea, que acabó con su vida y con la de su hijo, cuando se encontraba bajo los efectos del vino. Marco Antonio tampoco se andaba con remilgos a la hora de apretarse una buena jarra y fumar un poco de opio. En otro ámbito, es bastante probable que la muerte de Atila, rey de los Hunos, estuviese relacionada con el alcohol, ya que falleció en su noche de bodas tras sufrir una hemorragia nasal. Algunas teorías afirman que estaba demasiado borracho como para darse cuenta de que se estaba ahogando en su propia sangre.

La era de esplendor de las cogorzas
La expansión de la cristiandad hizo que Europa empezase a seguir los consejos del Nuevo Testamento sobre el alcohol, y Jesucristo no era un gran partidario de la dipsomanía, aunque abogase por el consumo casual (y litúrgico) del vino. En Lucas 21:34, recuerda: “Que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida”. Alrededor del siglo V, la Iglesia estableció que el consumo de alcohol era un presente divino para ser disfrutado con moderación. No por casualidad, la extensión de la cultura vinícola fue de la mano del crecimiento del cristianismo: las órdenes religiosas garantizaban el cultivo de la vid para su consagración en la misa.
La idea de que el alcohol podía proteger al bebedor frente a la peste estaba extendida
La Edad Media fue un período de grandes avances alcohólicos. No sólo por la preservación del vino en los monasterios, sino también porque los pueblos celtas, anglos, sajones, germanos y escandinavos comenzaron a elaborar un gran número de cervezas e hidromieles diferentes. La mayor parte de libros de cocina de dicha época utilizan el vino como uno de sus ingredientes principales, tanto en Francia con Le Ménagier de Paris como en España, donde el médico español Arnau de Vilanova publicó Liber de vinis, uno de los primeros tratados sobre el vino.


(Early English Books Online)
(Early English Books Online)
Plagas como la Peste Negra dispararon el consumo de alcohol, como suele ocurrir en tiempos de crisis moral o material. La idea de que este podía proteger al bebedor frente a una enfermedad de la que poco se conocía estaba particularmente extendida. Frente a ella, se encontraba la visión de que, debido a que se trataba de un castigo divino, la moderación en los vicios era más propicia. No obstante, los datos sugieren que la primera opción ganó la partida: en Bavaria se consumían unos 300 litros al año por persona, en la Valladolid del siglo XVI se consumían unos 100 litros por persona y los polacos podían llegar a trasegarse 3 litros al día. Los escoceses eran tan expeditivos como los mesopotámicos, y condenaban a muerte a los que adulteraban las bebidas alcohólicas.

El alcohol como problema social
Durante la Edad Moderna, las ciudades empezaron a crecer y Europa abandonó las oscuridades del Medievo. La Reforma no cambió significativamente la situación, ya que Calvino o Lutero mantenían la misma defensa del consumo moderado del alcohol que la Iglesia Católica. No obstante, como explica Kristen D. Burton en un reciente artículo publicado en The Appendix, muchas voces individuales empezaron a alzarse contra el alcohol, de mano con la proliferación que ocasionó la barata y abundante producción de destilados como el champán, la ginebra o el whisky.
El racionalismo y positivismo se convirtieron en aliados en la lucha contra la ebriedad, que ya era considerada como la bebida del Diablo, puesto que hacía cambiar las mentes y cuerpos de los hombres que la consumían. La producción casera de ginebra en Londres causó miles de envenenamientos a comienzos del siglo XVIII, lo que provocó que la alarma social se disparase, lo que llevó a que el Parlamento aprobase en 1736 una legislación que aumentase los impuestos asociados a la ginebra. Ello no impidió que seis años después los 500.000 londineses vivos se repartiesen unos 68 millones de litros de ginebra entre todos. Un libro anónimo publicado en 1794 y llamado A Treatise, on the True Effects of Drinking Spirituous Liquors, Wine and Beer on Body and Mind, alertaba contra los peligros del consumo moderado de alcohol… que situaba en ¡tres vasos de ginebra al día!
El alcohol comenzó a verse en el siglo XIX como el enemigo del control social, de la productividad y de la conservación de las buenas maneras
El gran cambio de paradigma respecto al consumo de alcohol que aún llega a nuestros días se produjo en el siglo XIX, cuando importantes masas de campesinos se trasladaron a la ciudad, incorporándose a la vida urbana e industrial. El alcohol empezó a ser considerado la cabeza de turco de problemas como el crimen, la pobreza o la mortalidad infantil, oscureciendo lecturas sociológicas como las altas tasas de desempleo o el hacinamiento en pequeños espacios. La bebida pasaba a ser así el enemigo del control social, de la productividad y de la conservación de las buenas maneras, y comenzó a ser estigmatizada como un destructor de la voluntad individual y desestabilizador de la nueva sociedad urbana. 
Los resultados de la evolución del consumo alcohólico en España durante las últimas décadas nos recuerdan que el ser humano siempre ha oscilado entre dos grandes polos respecto al alcohol: el que lo utiliza de forma moderada aunque diaria, generalmente como acompañamiento en comidas, centrado en la cerveza y el vino; y el consumo ocioso asociado al esparcimiento nocturno, centrado en bebidas espirituosas como el ron, el whisky o la ginebra. En definitiva, los dos polos que representan la moderación cristiana y el exceso dionisiaco de Alejandro Magno.  

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Nos vemos en los bares.
Un buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

LOS BENEFICIOS DE LA CERVEZA QUE NO TE IMAGINABAS

Es una de las bebidas alcohólicas más consumidas de todo el mundo, perfecta para disfrutar con amigos al salir de la oficina o para cualquier disfrutar del atardecer mirando el mar. ¿Sabías que la cerveza tiene muchos beneficios si se toma con moderación? En el siguiente artículo conocerás algunos de ellos, que ni estabas enterado. Y atención, que no sólo para la salud, sino también para la estética.
Beneficios de la cerveza para la salud y la estética

Protege la salud cardiovascular El consumo moderado de cerveza tiene efectos antiinflamatorios, aumentando significativamente los niveles de colesterol “bueno” y ayudando a combatir ciertas enfermedades cardíacas. Así que, un buen vaso de cerveza al día hace bien al corazón.


Mejora la fortaleza de los huesos

Diversas investigaciones afirman que beber cerveza (entre otras bebidas de bajo contenido alcohólico) está relacionado con efectos positivos en la salud ósea. Esto se debe a que cuenta con silicio, un mineral que ayuda a mejorar la densidad de los huesos y evita la pérdida de masa ósea. Además, ofrece fitoestrógenos naturales, asociados a la prevención de la osteoporosis y para aliviar los síntomas de la menopausia. 

Protege de las enfermedades neurodegenerativas

Los estudios científicos han revelado que aquellas personas que beben cerveza con moderación tienen menos posibilidad de padecer enfermedades como Alzheimer. Una vez más, el responsable de ello es el silicio, que tiene la capacidad para reducir los metales tóxicos que se acumulan en el organismo y causan patologías degenerativas. A su vez, mejora la memoria y la concentración.

Inhibe la aparición del cáncer

cervezaEntre los componentes principales de la cerveza podemos encontrar el xanthohumol, un polifenol presente en el lúpulo. Es un antioxidante con compuestos que inhiben y previenen la aparición de las células cancerosas, como si fuera una especie de quimiopreventiva en ciertos tipos de cáncer.

Refuerza el sistema inmune

La cerveza tiene la capacidad de mejorar el sistema inmune de las personas, evitando que éstas se contagien de enfermedades infecciosas, tales como el resfrío o el herpes. O al menos, en algunos casos, evita que los síntomas sean tan graves o duraderos. Un remedio casero antiguo de la zona de Alemania es beber cerveza caliente cuando se tiene un resfriado, porque descongestiona la nariz y mejora la circulación sanguínea.

Tiene propiedades antiinflamatorias

cervezasLa diferencia de la cerveza con otras bebidas alcohólicas es que ésta posee lúpulo como ingrediente principal. Este compuesto tiene propiedades antiinflamatorias y también antibacterianas, por lo cuál, ayuda a prevenir las enfermedades que se relacionan al envejecimiento.

Mejora la salud estomacal

Si sufres de problemas gástricos, la cerveza puede ser el mejor remedio natural. Consumiendo de manera moderada esta bebida (lo mismo que el vino o la sidra), aumenta la cantidad de ácidos gástricos y esto sirve para acelerar el vaciado del estómago, reduciendo el riesgo de padecer una infección provocada por la bacteria Helicobacter Pylori, causante de la úlcera gastroduodenal.

Evita el estreñimiento

CervezaLa ingesta de fibras, está comprobado, ayuda a eliminar el estreñimiento y a la vez, permite disminuir el colesterol malo. En el caso de la cerveza, que está hecha de cebada, cubre la mayoría de los requerimientos diarios de fibra soluble, siendo la mejor bebida (luego del agua) para nutrirnos.

Es un potente diurético

Cuando empiezas a beber cerveza, enseguida tienes ganas de ir al baño a orinar. Esto se debe a que contiene más del 90% de agua, es baja en sodio (elimina la retención de líquidos y evita los problemas renales) y tiene una gran cantidad de potasio.

Reduce el riesgo de padecer cataratas

Cerveza caseraLa cerveza es buena para la salud ocular en todo sentido, pero sobre todo, en personas con antecedentes familiares de cataratas. Beber un vaso de esta bebida al día es buena para los diabéticos, por ejemplo, porque les permite mantener en buenas condiciones su vista y no padecer glaucoma (presión ocular). Para ello es mejor consumir cerveza negra que rubia.

Previene la anemia

Sobre todo en la etapa de la menopausia, donde las mujeres tienen deficiencia de nutrientes. Los flavonoides de la cerveza son potentes antioxidantes que aumentan la actividad celular y a la vez, mejora los niveles de hierro.

Aporta mucha energía

CervezaAl tener una gran cantidad de vitamina B, nos da la sensación de tener más capacidad para trabajar, estudiar o hacer lo que deseamos. Siempre que se beba un sólo vaso, claro está. Este nutriente permite fortalecersistema nervioso y regenera las células.

Mejora la piel

La noticia extraña es que en la ciudad de Nueva York se ha montado un “SPA de Cerveza”, donde se pueden aprovechar todas las bondades de esta bebida. Los clientes se sumergen en una tina de cerveza negra y hay otros sitios como Alemania, Austria o República Checa donde también ha llegado esta moda, pero en forma de mascarillas faciales. El éxito de esta técnica son las vitaminas de la bebida, que mejoran la salud de los pigmentos de la dermis, obteniendo una piel más flexible, joven y lisa.

Deja el cabello perfecto

Una de las estrellas del cine que afirma utilizar cerveza para su pelo es Catherine Zeta Jones. Ella indicó en más de una entrevista que este tratamiento natural le aporta suavidad y brillo, pero lo malo es el olor que luego desprende (se puede tapar con perfume). Todo esto se debe a las vitaminas B y a las proteínas.

Relaja los pies

Cuando llegas cansado del trabajo no hay nada mejor que colocar los pies en un recipiente con agua y alguna sal mineral. Si en lugar de agua echas cerveza fría en el cubo, las burbujas le darán un efecto relajante. Los problemas de este tratamiento son dos: el primero que los pies quedarán pegajosos y el segundo que esa cerveza ya no sirve para beber.

Vamos que estoy sano como un roble jiji. 
Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Nos vemos en los bares.
Un buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

FRASES MENOS INTELEGENTES SOBRE LA CERVEZA Y EL ALCOHOL PERO MAS GRACIOSAS JIJI

 http://cde.peru.com/ima/0/0/2/8/6/286468/611x458.jpg
1.- Dadme un punto de apoyo... y me beberé otra cerveza.

2- Todos deberíamos creer en algo. Yo creo que tomaré otra cerveza.


3.- Ligamento de trompas: Recorrido nocturno de bares, de 1 a 6 de la madrugada.


4.- En un estudio reciente, unos científicos anuncian que beber es bueno para el hígado.
¡Perdón!, ¿he dicho “científicos”?, quise decir “Irlandeses”.


5.- Envidio a la gente que bebe, al menos le pueden echar las culpas a algo.

6.- Aviso: Beber agua no potable puede matar tu sed.


7.- Estamos en condiciones de asegurar que 5 de cada 10 cervezas son la mitad.


8.- Bebo para hacer interesantes a las demás personas.


9.- Two beer, or not two beer.


10.- Un alcohólico es aquella persona que bebe más que su médico.


11.- Este siglo ya no bebo más. Igual sí, pero más no.


12.- Quintos sí, pero de cerveza.


13.- Sexo y cerveza fría, por lo menos, una vez al día.


14.- El humo de su cigarrillo es el residuo de su placer, pero, sin mi consentimiento, usted contamina el aire que respiro, ensucia mi cabello y mi ropa, y destruye mis pulmones. Sucede que yo también tengo mi placer. Me gusta tomar cerveza, y el residuo de mi placer, es la orina... ¿A usted le gustaría que yo le meara?


15.- La cerveza ayuda a la gente a tener relaciones sexuales.


16.- El día en que ha de llegar la paz al mundo será aquel en que dos contrincantes compartan una cerveza.


17.- La mejor manera de vencer una tentación es caer en ella. ¡Camarero una cerveza!


18.- Puedo resistir a todo, excepto a las tentaciones... ¡Camarero, una cerveza más!


19.- Nunca discutas con quien te va a pagar las cervezas.


20.- El día que lea que el alcohol y la cerveza son malos para la salud, dejaré de leer.


21.- Está bien ser abstemio, pero con moderación.


22.- Es mejor ser un borracho famoso que un alcohólico anónimo.


23.- Vivan los tanques... pero de cerveza.


24.- Toda la noche bebiendo para no verte y ahora te veo doble.

25.- El que bebe: se emborracha.
       El que se emborracha: duerme.
       El que duerme: no peca.
       El que no peca: va al cielo
       Y puesto que al cielo vamos: ¡Bebamos!


26.- Sin lugar a dudas, la invención más grande de la historia de la humanidad es la cerveza. Bueno, acepto   que la rueda también es una gran invención, pero la rueda no combina tanto con las gambas.


27.- 24 horas en un día, 24 cervezas en una caja. ¿Coincidencia?

28.- Algunas veces un hombre inteligente es forzado a quedar borracho para pasar un tiempo con los tontos.


29.- La realidad es una alucinación producida por la falta de alcohol.


30.- Si tuviera todo el dinero que me he gastado en bebida... me lo gastaría de nuevo en bebida.


31.- La cerveza es necesaria para hacer que la sed merezca la pena.


32.- Las mujeres atractivas nos hacen comprar cerveza y las feas nos hacen beberla.

 Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Nos vemos en los bares.
Un buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

FRASES INTELIGENTES SOBRE LA CERVEZA.

25 frases inteligentes sobre la cerveza, pronunciadas por bebedores famosos bajo su efecto

Artistas, comediantes, políticos y escritores de todos los tiempos las dejaron para la posteridad.

1. “Sin duda alguna, el más grande invento en la historia de la humanidad es la cerveza. Les aseguro que la rueda también fue un gran invento, pero la rueda no va tan bien con la pizza”, Dave Barry, humorista y escritor.

2. “Denme una mujer que ame la cerveza y conquistaré el mundo”, Kaiser Wilhelm, último rey de Prusia.

3. “La cerveza es intelectual. Qué lástima que tantos idiotas la beban”, Ray Bradbury, escritor de ciencia ficción.

4. “El trabajo es la maldición de la clase bebedora”, Óscar Wilde, escritor británico.

We Want Beer! Prohibition Protest, 1931

5. “No se puede vivir en un país de verdad a menos que se tenga cerveza y una aerolínea. Ayuda si hay un equipo de fútbol o armas nucleares, pero lo mínimo que se necesita es cerveza”, Frank Zappa: músico y guitarrista.

6. “La cerveza es la prueba de que Dios quiere que seamos felices”, Benjamín Franklin, inventor y político estadounidense, ‘padre’ de la constitución política de ese país.

7. “Quédate con la cerveza, que es la sangre que fluye, la amante continua”, Charles Bukowski, escritor germano-estadounidense.

8. “Aquellos que beben cerveza irán caminando derechito a través de las puertas del cielo”, Martin Luther King, pastor, líder de los derechos civiles.

9. “Según un estudio, los científicos dicen que beber cerveza es bueno para el hígado. Perdón, ¿dije científicos?, quise decir irlandeses”, Tina Fey, escritora, actriz y comediante.

10. “La cerveza es la mejor maldita bebida del mundo”, Jack Nicholson, actor, protagonista de El Resplandor.

11. “Solo me he enamorado de una botella de cerveza y del espejo”, Sid Vicious, músico de rock.

12. “Un hombre que miente sobre la cerveza hace enemigos”, Stephen King, escritor de libros de suspenso.

13. “Quien bebe cerveza es rápido en dormirse; quien duerme bastante no peca y entra al cielo. Así que, ¡bebamos cerveza!”, Martín Lutero, padre del protestantismo.

14. “Creo en la gente. Si se les da la verdad, uno puede depender de ellos para encarar cualquier crisis nacional. El problema es darles los hechos reales, y cerveza”, Abraham Lincoln, presidente No. 16 de Estados Unidos.

15. “No hay nada como una mala cerveza, solo que algunas saben mejor que otras”, Bill Carter, escritor, documentalista.

16. “Le tengo respeto a la cerveza”, Russell Crowe, actor australiano, protagonista de El Gladiador.

17. “Dios tiene una voz de color pardo, tan suave y llena como una cerveza”, Anne Sexton, poetisa y escritora feminista.

18. “¿Acaso no es la cerveza la santa libación de la sinceridad? ¿La pócima que dispersa la hipocresía y cualquier farsa de buenos modales? Es la bebida que no hace nada peor que incitar a sus admiradores a orinar con toda inocencia, a ganar peso con toda franqueza”, Milan Kundera, escritor checo.

19. “Un cuarto de litro de cerveza equivale al platillo de un rey”, William Shakespeare, escritor, padre de la lengua inglesa.

20. “Nada sabe mejor que una cerveza fría en una bella tarde con nada más que esperar sino más de lo mismo”, Hugh Hood, ensayista y escritor canadiense.

21. “Para empezar, a mucha gente no le gusta el sabor de la cerveza; sin embargo, eso no es más que un prejuicio”, Winston Churchill, primer ministro británico durante la Segunda Guerra Mundial.

22. “Si se bebe cerveza con moderación, suaviza el temperamento, alegra el espíritu y promueve la salud”, Thomas Jefferson: tercer presidente de EE. UU.


23. “En lugar de agua, aquí tenemos cerveza seca, que aclimata y naturaliza a un hombre de inmediato, lo cual lo hace ver verde y, si está dormido, le hace soñar con la brisa entre los pinos”, Henry David Thoreau, poeta y escritor estadounidense.

24. “¿Qué importa si el tiempo avanza, si hoy estoy tomándome una cerveza?”, Edgar Allan Poe, escritor estadounidense.

25. “Cuando muera, quiero descomponerme en un barril de cerveza y que la sirvan en todos los bares de Dublín. Me pregunto si sabrán que soy yo al que se están bebiendo”, J.P. Donleavy, novelista neoyorquino de padres irlandeses.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares.

Un buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

RECETAS: AMERICAN AMBER ALE

http://learn.kegerator.com/wp-content/uploads/2014/11/american_amber_ale.jpg
CERVEZÓN

No es necesario remontar mucho en el tiempo para encontrar los orígenes de las American Amber Ale, un estilo de cerveza moderno que nació a finales del siglo XX en las áreas americanas del Norte de California y del Noroeste del Pacífico. También denominadas “Red Ales”, las American Amber Ales se consideran hermanas de las rubias American Pale Ales, pero con un nivel de amargor menor.

Aroma: El lúpulo se percibe entre bajo y moderado, con un aroma típico de las variedades de lúpulo americanas (Cítrico, Floral, Resinoso, Herbal, Fruta Tropical, Melón, etc.). Es frecuente encontrar el carácter cítrico de los lúpulos, aunque no es una característica obligatoria. El carácter maltoso es entre moderadamente bajo y moderadamente alto, a menudo con unas notas caramelizadas que equilibran la cerveza o hasta enmascaran el tono lupulizado. La presencia de ésteres es entre moderada e inexistente.


Apariencia: Su color es entre ámbar y marrón cobrizo. La capa de espuma, por su parte, suele ser amplia y blanca, con buena retención. Aunque una American Amber Ale suele ser bastante clara, las cervezas a las que se les ha aplicado el dry-hopping pueden ser ligeramente más turbias.


Sabor: El sabor a lúpulo es entre moderado y alto, con las características típicas de los lúpulos americanos, tal y como sucede en el aroma. Los sabores maltosos son de moderados a fuertes, a menudo con una dulzura inicial seguida de un sabor moderado a caramelo. Los sabores amargos derivados de la malta y los lúpulos suelen apoyarse mutuamente. En cuanto a los ésteres afrutados, pueden variar entre moderados e inexistentes. La dulzura procedente malta caramelo y el amargor o el sabor de lúpulo, además, pueden persistir hasta el final del trago.


Sensación en boca: El cuerpo de la cerveza es entre medio y alto. La carbonatación también es entre media y alta. Por otro lado, el acabado es suave y sin astringencia. Las versiones más fuertes, además, suelen transmitir la calidez del alcohol.


Impresión general: Se trata de una cerveza artesana americana, una amber moderadamente fuerte con un sabor a malta de caramelo. Las versiones pueden variar bastante entre ellas; algunas cervezas tienen un carácter claramente maltoso, mientras que otras están agresivamente lupulizadas. Las versiones más lupulizadas y amargas, sin embargo, no deberían chocar con el perfil de la malta caramelo.


Ingredientes comunes: Malta Pale Ale, típicamente norte-americana y de dos carreras, y también malta Cristal. Adicionalmente, se pueden añadir otros granos que añadan un carácter adicional y único. Se suelen usar lúpulos americanos, a menudo con un sabor cítrico, aunque también se pueden utilizar otros.


Comparación de estilos: Las American Amber Ales son más oscuras, caramelizadas y con más cuerpo que las American Pale Ales, aunque menos amargas. Tienen menos alcohol, amargor y carácter lupulizado que las Red IPAs. Asimismo, tienen menos fuerza y un carácter menor de malta y lúpulo que las American Strong Ales. Las American Amber Ales, además, no acostumbran a tener un carácter fuerte a chocolate o a tostado, tal y como sí sucede con las American Brown Ales.


Características generales:

  • Densidad inicial: 1.045 – 1.060
  • Densidad final: 1.010 – 1.015
  • IBUs: 25 – 40
  • Color (SRM): 10-17
  • Nivel de alcohol: 4.5 – 6.2%
  • Ejemplos comerciales: Tröegs HopBack Amber Ale, Full Sail Amber, Deschutes Cinder Cone Red, Rogue American Amber Ale... 
 https://i.ytimg.com/vi/jDY2BU2qpNc/hqdefault.jpg




¿Cómo la hacemos?
  • Tipo: Todo Grano
  • Agua: 18-19 litros
  • Volumen alcohólico: 5,8%
  • IBUs: 16

Ingredientes

  • Malta Best Malz Pale Ale: (5kg)
  • Malta Best Malz Aromatic: (0,5kg)
  • Malta Best Malz Caramel Light (0,4kg)

  • Lúpulo Columbus (7 gr) – Adición a los 60 min. restantes 
  • Lúpulo Cascade  (7 gr) – Adición a los 20 min. restantes
  • Lúpulo Columbus (10 gr) – Flameout (con el fuego apagado) 
  • Lúpulo Cascade (30 gr) – Flameout (con el fuego apagado)

  • Levadura: Danstar Bry-97

Instrucciones

  • Maceración de toda la malta durante 1 hora a 66 grados.
  • Realizar el sparging a 76 grados.
  • Ebullición de una hora, siguiendo los tiempos de adición del lúpulo indicados.
  • Fermentar a 18-20 grados. 
  • Maduración en botella o en barril durante 4 semanas. 

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares.

El buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

RECETAS: AMERICAN BROWN ALE

He aquí una interesante receta procedente de los Estados Unidos en la que juegan con los tiempos de cocción del lúpulo Cascade para ir sacando todo su espectro de sabores. Utiliza malta ámbar, combinando extracto de malta y malta en grano y un poco de malta cristal. Tiene una fermentación primaria corta (de 4 días nada más) que se completa con una fermentación secundaria de 15 días.


  http://i.imgur.com/7ynH2P1.jpg
Ingredientes:
 
22 litros de agua
1,5 Kg de extracto de malta ámbar
1 kg de malta cara amber partida
400 kg de malta cristal partida
100 g de malto dextrina o dextrosa
100 g de lúpulo Cascade
Fermento de cerveza Ale


¿Como la hacemos?


Poner las maltas partidas en una bolsa de maceración e introducirlas en una olla con 6 litros de agua a 66 grados. Dejar que macere a esta temperatura durante media hora. Retiramos la bolsa y para aprovechar bien el almidón de la malta vertemos sobre ella otros 4 litros de agua que caerán en la olla. Nos abstenemos de apretar la bolsa con las manos para no sacar así sabores desagradables de la malta.


Ponemos a hervir el mosto ya libre de malta y añadimos el extracto de malta. Cuando la mezcla vuelve a hervir vamos añadiendo el lúpulo en estas cantidades y tiempos:


Empezamos con 35g de lúpulo, dejamos hervir 30 minutos.

Pasado este tiempo añadimos 15 g de lúpulo y hervimos 10 minutos.

Pasado este tiempo se añaden 10 g más de lúpulo y hervimos otros 10 minutos.

Pasado este tiempo añadimos 15 g de lúpulo y dejamos hervir 9 minutos.

Acabamos añadiendo 25 g de lúpulo que debe hervir 1 minutos. Apagamos el fuego y enfriamos el mosto rápidamente.


Pasamos al fermentador primario y cuando esté el mosto templado esparcimos el fermento por encima. Cerramos el fermentador y dejamos fermentar en un lugar fresco (a unos 18 grados) durante 4 días. 

Trasvasamos a otro fermentador y dejamos que siga la fermentación otros 15 días más. Embotellamos añadiendo un poco de azúcar o de dextrosa a cada botella.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 

El buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.

RECETAS: CERVEZA DE ABADÍA


 http://www.cocinista.es/download/bancorecursos/productos2/10906m-kit-cerveza-abadia-brewferm-2.jpg

Es una cerveza con carácter por su color y con un volumen de alcohol elevado debido al añadido de miel o azúcar.
Ingrediente:
 
5 Kg de malta Belgian Pale partida
500 g de malta Múnich caramelo partida
250 g de malta crystal  partida
20 g de malta chocolate partida
1/5 kg de miel o de azúcar moreno
50g de lúpulo Hallertauer
50 g de lúpulo Kent Goldings
Dextrosa
¿Como la hacemos?

Poner a calentar 10 litros de agua y cuando el agua empiece a estar caliente (40º) añadir toda la malta (en bolsa de maceración si se tiene) e ir subiendo la temperatura suavemente hasta los 67 grados. Dejar que macere a esa temperatura durante hora y media. Luego, elevar la temperatura hasta los 75 grados y mantener 10 minutos más. Luego, retiramos la bolsa y aprovechamos bien todo el almidón que contiene vertiendo sobre ella el resto del agua que debe añadirse a nuestro mosto en la olla.
Volvemos a calentar el mosto añadiendo los lúpulos y la miel (o el azúcar) que deben cocer durante una hora. Enfriamos la mezcla y pasamos al fermentador y dejamos fermentar a temperatura ambiente de 20 a 22 grados durante 8 días. Si pasado este tiempo la válvula siguiese teniendo mucha actividad de gas dejamos uno o dos días más.
Cuando se ha completado la fermentación podemos opcionalmente pasar la cerveza a un fermentador secundario durante dos días para que se clarifique. Si no nos importa la cerveza algo más turbia, podemos embotellar, añadiendo un poco de dextrosa en cada botella.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 

Amigos y cerveza fría, como mínimo una vez al día.

jueves, 5 de mayo de 2016

BIRRASANA, NO LO DUDES Y VE AL FESTIVAL.






Si eres de la zona, o si no lo eres y te apetece un fin de semana cervecero no lo dudes, los días 13, 14 y 15 de Mayo se celebra El VI Festival de Cerveza Artesana de Blanes, aquí os dejo el enlace a la web de la feria, el cartel y el vídeo promocional
http://www.cervesamarina.com/birrasana/



 
 
https://player.vimeo.com/video/155290479
 
Birrasana 2016 cartell 3 1 

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 
Amigos y cerveza fría, como mínimo una vez al día.

La cerveza de marca blanca que coló como artesana. Bueniiiiiiiiiiisimo.


Compraron birra vulgaris de supermercado a 25 céntimos la lata, fueron a un encuentro de aficionados a la cerveza artesana y la dieron a probar sin decir qué era. ¿Picaron o descubrieron la trampa?




En el mundillo gastronómico, como en todos los mundillos, hay mucha tontería. ¿Pero cuánta? Para calibrar si los aficionados y entendidos en comidas y bebidas saben de lo que hablan o se apuntan a las modas sin tener ni idea, inauguramos una nueva sección: La prueba del postureo.


En esta serie de vídeos proponemos un experimento muy sencillo: ir a un encuentro de expertos en un determinado alimento, darles a probar la versión más baratuza e industrial del mismo sin decirles qué es, y dejarles que opinen. Para grabar el de hoy, nos plantamos en el Barcelona Beer Festival, uno de los mejores eventos de cerveza artesana de Europa, armados con unos litros de mezclurria de distintas birras de marca blanca de Mercadona. ¿Gustó el preciado líquido de a 25 céntimos el tercio? ¿Lo confundieron con las más exquisitas Indian Pale Ales? ¿O descubrieron que era del montón? Para saber qué ocurrió, y de paso reírte un rato con las respuestas, tendrás que ver el vídeo de abajo.


Fuente: El comidista.

Un suludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 

Amigos y cerveza fría, como mínimo una vez al día.

RECETAS: CERVEZA DE MANTEQUILLA Harry Potter

http://ep01.epimg.net/elcomidista/imagenes/2016/01/07/receta/1452191161_515345_1452191441_media_normal.jpg

Es de lo más raro que he podido ver por internet buscando recetas para vosotros, aquí la teneis, al que le apetezca probarla que lo haga y me cuente, yo prefiero una buena Brown Ale bien fresquita.





Si eres un fan de Harry Potter y siempre has deseado probar la bebida que trasiegan el y sus amigos, no lo dudes. Ahora tienes la oportunidad y además con sello de autenticidad adulta.




Aunque la saga de Harry Potter no se suela incluir en las listas de películas culinarias, todos los que la hayan visto saben de sobra que el grandioso comedor de Hogwarts, repleto de bandejas con pollos asados y pasteles guarrindongos, pone los dientes muy largos. Las novelas de J. K. Rowling son aún más gráficas, con páginas enteras dedicadas a describir golosinas como ranas de chocolate, tartas de melaza, pastelitos de caldero o empanadas de calabaza. Chucherías aptas para aspirantes a mago y menos exóticas que la verdadera estrella de la gastronomía mágica: la cerveza de mantequilla.

Ya sea por su fantasioso nombre o por su inexistencia en el mundo muggle, la cerveza de mantequilla ha despertado la imaginación de lectores infantiles, juveniles y talluditos por igual, que llevan años inventando recetas que se adaptaran a sus sabores soñados. El Santo Grial potteriano tardó tres años en gestarse en las cocinas del Wizarding World Park, el parque temático estadounidense dedicado al mundo de Hogwarts. El resultado, de receta secreta y marca registrada, parece que es un éxito total entre los visitantes, pero no sabemos si se parece a la bebida que Harry, Ron y Hermione bebían en Las Tres Escobas de Hogsmeade.

A pesar de estos ímprobos esfuerzos dedicados a pergeñar una receta nueva, lo que la mayoría de la gente no sabe (tampoco los jefes de marketing de Universal) es que la cerveza de mantequilla ya estaba inventada. Rowling se basó en una receta antigua muy popular en la Inglaterra de los Tudor y que ya aparece escrita en 1596 como buttered beere. En aquella época era muy habitual consumir cerveza caliente y mezclada con otros ingredientes, y su versión “de mantequilla” es una especie de ponche especiado que se bebía incluso para desayunar. Heston Blumenthal, chef conocido por experimentar con recetas históricas y triunfar en el intento, incluyó la receta en un capítulo de su programa Heston´s Feasts dedicado a la cocina de los Tudor.

Tenemos pues aquí la auténtica fórmula de la cerveza de mantequilla, y no me vengáis con que si tiene alcohol y bla blá, porque en los libros de Potter queda bien claro que uno se podía achispar perfectamente bebiendo este mejunje. Para los que necesiten una edición especial dedicada al mundo infantil o no sean amantes de la cerveza, incluyo al final unas recomendaciones para hacer la interpretación light y acaramelada. Pero no me digáis que no mola tener una versión para paladares adultos. Al fin y al cabo, seguro que es lo que Harry Potter quería probar cuando hacía una escapada bajo la capa invisible.

Podéis hacerla con cerveza con y sin alcohol, pero eso sí, de la mejor calidad que podáis encontrar y adaptada a vuestro gusto personal. Lo de la espuma tiene truco porque al calentar la cerveza pierde gas y es casi imposible de reconstruir después: lo mejor es guardar al principio algo de cerveza y espumarla después con un batidor de leche para el café, echándola por encima. A malas y si os hace especial ilusión, se pueden reaprovechar las claras para batir un merengue o utilizar nata semimontada. Si lo de echar mantequilla a lo loco os da reparo, podéis sustituirla por nata pero recordad que la cerveza de mantequilla hay que tomarla caliente.

Dificultad

No se requiere varita mágica.

Ingredientes

Para 3-4 personas

  • 1000 ml de cerveza negra o tostada
  • 100 g de azúcar (mejor moreno que da un toque acaramelado)
  • 4 yemas de huevo
  • 30 g de mantequilla sin sal o 50 ml de nata para montar
  • 1/2 cucharadita de jengibre en polvo
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada rallada o en polvo
  • 5 clavos de olor molidos

Preparación

  1. Reservar 100 ml de cerveza para conseguir un poco de espuma.
  2. Verter el resto de cerveza con las especias en un cazo y calentar a fuego medio.
  3. Batir aparte las yemas de huevo con el azúcar hasta conseguir una crema espesa, esponjosa y de color claro.
  4. Cuando la cerveza esté caliente, apartar del fuego y añadir los huevos batidos con azúcar.
  5. Volver a calentar todo, removiendo con unas varillas durante un par de minutos a fuego lento, con cuidado de que no se cocinen los huevos.
  6. Agregar la mantequilla y remover hasta que se derrita (o la nata en su defecto) y si se quiere, colar el líquido resultante para eliminar los restos de especias.
  7. Espumar la cerveza reservada al principio con un batidor de leche.
  8. Servir la cerveza en jarras o vasos, coronar con la espuma y consumir inmediatamente.
Versión light sin cerveza: la mayoría de recetas que pululan por ahí usan “cream soda”, una especie de refresco avainillado con burbujas, pero como aquí en España es difícil de encontrar lo mejor sería mezclar batido de vainilla con leche, yema de huevo, canela u otros especias y un chorrito de caramelo, sirviendo la bebida con nata semimontada por encima.

Fuente: El comidista.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 

El buen bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.