1. Ser demasiado creativo
Es cierto que en el mundo de los oficios artesanales en general y la cerveza artesana
en particular uno ha de ser curioso y creativo. Ahora vienen los peros,
pero ser demasiado creativo en tus comienzos cerveceros puede ser
perjudicial ya que si acaban de controlar los estilos más clásicos no es
recomendable aventurarse a hacer “experimentos”. Como dice mi madre, no
empieces la casa por el tejado, es bonito querer impresionar a los
amigos con tu última cerveza especial hecha con pimientos del piquillo,
pero es más lógico y estoy seguro que conseguirás un mejor resultado si
tienes una buena base primero. ¿Eres capaz de elaborar una Pilsen o una
Porter como dios manda.?
2. NO controlar temperaturas y tempos del proceso
Es un error muy común entre los
cerveceros caseros primerizos el no controlar a conciencia las
temperaturas de las distintas fases del proceso (macerado, rociado,
enfriamiento y fermentación). Aunque uno pueda pensar: por unos
“graditos de nada” no es para tanto…pues si que lo es por los motivos
que doy a continuación.
- En el macerado, las
enzimas que hacen parte de la “magia” en el proceso, son muy sensibles a
los cambios de temperatura y pueden provocar un cambio radical en el
perfil organoléptico de tu cerveza. Como norma general uno se puede
escoger un rango de entre 65 a 68ºC.
- En el rociado el
rango de temperatura óptima se mueve entre 75 a 78ºC, por debajo de ese
rango habría problemas de filtración y por encima de él arrastrarías
compuestos no deseados llamados taninos.
- En el enfriamiento hay dos factores a vigilar, conseguir una temperatura adecuada para la inoculación de la levadura
y la otra es el tiempo gastado en enfriar el mosto, contra menos tiempo
dejemos el mosto frío sin levadura mejor. Una temperatura de 20ºC
aproximadamente es correcta para la mayoría de levaduras ales.
- En la fermentación
hay que vigilar que la temperatura no se dispare hacia arriba por dos
motivos: tu perfil de cerveza tendría otros matices que los esperados y
por un motivo de seguridad, fermentaciones descontroladas harían ver tu
fermentador como un test de “misil a la luna”.
3. NO llevar una libreta de recetas propia
Al iniciar una receta, sea con un jarabe
o todo grano, a parte de seguir las instrucciones a pies juntillas, es
necesario ir apuntando los valores de los parámetros u observaciones
necesarias en tu propia libreta, hoja de cálculo, pañuelo de papel…
¿Porqué? Si después de hacer 5 lotes de un estilo eres capaz de decirme
los motivos por los que te ha quedado igual de bien como la primera te
haré un monumento. Lo normal es que no te acuerdes de todos los detalles
de tu receta. Elaborar cerveza artesana es un aprendizaje continuo
que nunca acabe, y sólo los que se fijan en los detalles son los que
triunfan. Apuntar los errores es muy importante, primero evita que
volvamos a equivocarnos y segundo es recordar “cómo conseguiste” esa
cerveza ganadora de premios cuando pensaste que podría ser un “error”
más en tu trayectoria.
4. Improvisar con los utensilios
Arrancar a elaborar la cerveza sin todos los utensilios puede llevar a que uno “improvise” con algo parecido pero no igual. Depende de la improvisación puede ser mortal para el proceso. Ejemplos de ello serían el uso de molinillo de café para molturar la malta o emplear un termómetro de mercurio para controlar la temperatura. En caso que me desobedezcaís os ocurrirá lo que le paso a mi amigo, una regañina.
5. Olvidarse de la calidad del agua
¿Qué entendemos por calidad de agua? Un agua con los parámetros fisicoquímicos adecuados
para el estilo de cerveza que uno quiera elaborar. Es un factor
importantísimo a la hora de elaborar tu cerveza y es uno de los que
menos se tiene en cuenta cuando elaboras tu primera cerveza. Lo ideal es ajustar el contenido de sales y el pH
a los valores adecuados según el estilo de cerveza que vayas a
realizar. Para conseguir un ajuste correcto es necesario unas serie de
instrumentos que al principio no es necesario realizar esa inversión,
para empezar e ir cogiendo confianza, mejor emplear agua de botella que
conoces su contenido en sales.
6. Sobrevalorar los ingredientes de calidad
En este apartado nos encontramos a dos
tipos de persona. La primera piensa que elaborar cerveza artesana es
como un quimicefa (espero que sus seguidores no se lo tomen mal) en el
cual, cualquier ingrediente o material hace la misma función y por tanto
para que pagar más si este ya me hace la misma función a la mitad de
precio. Generalmente, siempre puede haber alguna excepción que confirme
la regla, si uno paga más por un ingrediente normalmente te aseguras un
resultado más reproducible.
El segundo tipo de persona es la que
sobrevalora el uso de productos de calidad, dejando en manos de esa
calidad el resultado final de la cerveza elaborada. Si el resultado no
es el esperado, arremete contra los ingredientes comentando que
seguramente alguno de ellos no era lo suficientemente fresco y nunca
siendo lo suficientemente humilde para reconocer que a lo mejor, y sólo a
lo mejor es porque puede que haya habido un pelín de culpa por parte de
él o ella.
7. Higiene de los instrumentos
Os haríais cruces de la cantidad de
gente que pasa por alto algo tan de sentido común como tener las
herramientas de trabajo bien limpias. Por otro lado, la gente que limpia
demasiado creyendo que duplicando el volumen o tiempo se consigue una
limpieza más efectiva. Si tu proveedor especifica unos valores, por algo
será. Una vez que tu mosto se ha contaminado, digamos que del resultado
final puede salir cualquier cerveza menos la que esperabas. ¿Cómo saber
cuándo tu mosto está contaminado? Una manera rápida y barata es coger
algo de tu mosto frío y añadirlo a un recipiente limpio y desinfectado
(un vaso de precipitado, Erlenmeyer, etc) y taparlo con un airlock a una
temperatura templada. Si está infectado, al cabo de unas horas tendrá
actividad que podrás observar en forma de burbujas.
8. PRIMING correcto
Con este error nos referimos a dosificar en exceso azúcar (en cualquiera de sus variantes). Hay que tener mucho cuidado ya que puede provocar una sobrecarbonatación y en consecuencia una sobrepresión que acabe en la “explosión” de la botella en cuestión.
9. Selección botella de envasado correcta
En el mundillo de la cerveza artesana
los detalles marcan la diferencia y este es uno de ellos. Vosotros
diríais una botella es una botella ¿no? Errrrorrrrrrrr, como todo en
esta vida…depende… ¿de qué depende?…de según como se mire todo
depeeeendeeee.. Si podéis escoger una botella retornable
mejor que mejor ya que las paredes son más gruesas, por tanto, aguanta
más presión. Otro ejemplo de botella ideal es la de cava.
10. NO ser paciente ni constante
Hay dos dichos totalmente aplicables en
la elaboración de cerveza artesana, el primero de ellos es: La paciencia
es la madre de las ciencias. El proceso de elaboración es largo y
tedioso en algunos momento, por tanto, al mal tiempo buena cerveza ☺. Y
el segundo dicho es “Roma no se construyó en 2 días”, con la cerveza
artesana es lo mismo, hay que ser “constante”, aprender de los errores y
no desfallecer, ya que si de una cosa estoy seguro es que al final de
esa constancia habrá premio seguro en forma de una rica cerveza artesana
de la cual te sentirás orgulloso. Lo cual me llena de gozo y
satisfacción (de qué me suena esto…).
CONCLUSIÓN:
Nadie estamos exentos de cometer
errores, y sean estos de la lista u otros, creo que no hay mejora si no
hay error. Aunque en nuestro país no está muy bien visto hablar sobre
los errores, creo que es un buen ejercicio hablar sobre ellos, no para
deprimirse, si no más bien al contrario. Sabiendo de donde vienes y a
donde quieres llegar es posible una mejora.
Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Nos vemos en los bares.
El buen bebedor sabe, cuanta cerveza le cabe.