jueves, 5 de mayo de 2016

MÁS MARIDAJE: QUESO EL GRAN ALIADO DE LA CERVEZA


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 “Que no te la den con queso”

…hace alusión al potente sabor de este alimento, capaz de anular la capacidad de degustar en su plenitud otras bebidas como el vino. Así, este refrán surge de la antigua costumbre de algunos bodegueros de ofrecer queso antes de probar un vino mediocre, para que el catador no pudiera paladear en toda su plenitud esta bebida. Ante un queso de sabor fuerte, el vino parecía mejorar, pero una vez en casa el comprador comprobaba que no era de la calidad apreciada en la bodega.

La sabiduría popular nos ofrece, por lo tanto, algunas pistas para abordar nuevas propuestas a la hora de maridar el queso con otras bebidas, de forma que el líquido y el sólido se complementen.

Aunque no existe consenso a la hora de abordar el maridaje de la cerveza y los quesos, en líneas generales se puede afirmar que la mayor parte de las afinidades se dan entre los quesos de vaca, a excepción de uno de nuestros más característicos y populares quesos: el manchego curado, de oveja.

Una cerveza de abadía, donde predominan los matices florales y frutales de la manzana, logra una armonía genial con las notas ligeramente ácidas y picantes del queso manchego curado.

Precisamente, y a pesar de no ser del todo conocido, los quesos españoles ofrecen un amplio abanico de posibilidades de maridaje con la cerveza.

Si bien no todos los quesos de vaca combinan con la cerveza con igual acierto, sí se puede afirmar que las cervezas lager, ligeras y frescas, casan bien con los quesos jóvenes de vaca donde predominen las texturas blandas o semiblandas, ya que éstas neutralizan bien la grasa y acidez del queso, complementándose bebida y comida.

A medida que los quesos ganan maduración y son más añejos, requieren también de cervezas de mayor grado, cuerpo y aroma. Los de vaca añejos combinan bien con las negras y los quesos pestosos con las cervezas aromáticas.

Quesos frescos


Los quesos frescos gallegos, con profundo sabor lácteo, combinan bien con las cervezas ligeras.

Los de Burgos nos ofrecen singulares armonías con dos tipos de cerveza bien dispares: sin alcohol y stout negra. En el primer caso, el sabor a cereal dulce de la cerveza sin alcohol hace que nos recuerde al matrimonio del queso con pan; si, además, añadimos un toque de sal Maldon al queso, tanto la comida como la bebida salen reforzados.

Si, por contraste, acompañamos un queso de Burgos con cerveza negra, nos dará la impresión de estar regado con miel de brezo.

Mahón


Ante un queso artesano semicurado de Mahón, su acidez, el regusto a frutos secos y el toque graso se atenúan y complementan con el ligero amargor de las cervezas ligeras tipo lager, en un encuentro armónico, suave y agradable.

Queso ahumado: San Simón gallego


Su sabor es muy parecido al tetilla gallego con la particularidad del ahumado exterior que le presta una tonalidad cerosa y oscura. Precisamente ese sabor ahumado sumado al gusto lácteo levanta una barrera de incompatibilidad con algunas cervezas, salvo con las más tostadas: extras y negras.

Otros quesos europeos


El queso francés Brie, de gusto untuoso, dulzón y ligeramente avellanado, armoniza bien con las cervezas ligeras. Lo mismo sucede con el Cambembert.

El Gouda añejo y el Parmesano tienen en común cierto sabor a castaña pilonga y a frutos secos sobre un característico fondo lácteo, y ligan aceptablemente bien con las cervezas negras.

El queso Munster pertenece al grupo de quesos denominados “de abadía” o quesos de los monjes. Se trata de un queso pestoso, maloliente, de sabor intenso. Queso de corteza enmohecida y lavada, fruto de una intensa actividad microbiana. Tienen grandes afinidades con las cervezas negras y las de cuerpo medio muy aromáticas. Lo mismo sucede con los quesos Livarot.

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

Nos vemos en los bares. 

La cerveza es la mejor farmacia.