Técnica sencilla para grabar marcas de volumenes en
una olla. El grabado con ácido electrolítico parece complicado, pero
Matt Bates lo adaptó para que se puedan usar materiales baratos y de
uso doméstico.
Si
alguna vez has tratado de calcular la eficiencia del macerador,
monitorear la tasa de evaporación, o comparar el volumen a hervir con el
estimado en tu receta, verás rápidamente que es necesario realizar la
medición del volumen del mosto en la olla en varias etapas de la
cocción. Lamentablemente, muchos fabricantes de ollas no incluyen
marcadores de volumen.
Algunos cerveceros instalan en sus ollas un costoso “sight glass” (tubo de cristal graduado) para controlar los volúmenes. Otros sumergen una varilla graduada para una medición más casera. Solía usar este último método, pero me cansé de confiar en un instrumento extra durante la cocción con el riesgo añadido de contaminación.
Investigando el grabado de metal, encontré por casualidad una técnica comúnmente usada por fabricantes de cuchillo para estampar su marca sobre sus cuchillos.
Esta técnica consiste en grabar con ácido electrolítico. Parece complicado, pero lo he adaptado para usar materiales baratos de uso doméstico.
Vamos a usar el vinagre como ácido y para facilitar este proceso, debemos convertirlo (al vinagre) en conductor. Para esto, simplemente añadimos un electrólito, en este caso, sal.
La fuente de poder debería estar alrededor de 9 a 12 voltios. Las baterías trabajan bien pero si tenemos un transformador de corriente continua, podríamos usarlo perfectamente en el lugar de una batería. Una fuente de corriente continua (como ser una batería o un trafo) dejará una señal blanca, mientras que una de corriente alterna, grabará en una señal más oscura, pero ambas serán permanentes.
Para aplicar el ácido y la corriente, usted construirá un instrumento de grabado con un hisopo que, en una de sus puntas, sostendrá un cable encargado de transmitir la corriente desde la batería a la cabeza de algodón empapada en vinagre.
Este método no está limitado a grabar sólo marcas de volumen en ollas, podríamos añadir un logo a casi cualquier pedazo de equipo metálico (tanto aluminio como acero inoxidable). ¡Imaginemos nuestro logo por todas partes en nuestra cervecería!
Entonces ¿cómo es el trabajo?... Aquí está la ciencia detrás de ello: En el vinagre, la sal se disuelve en iones de sodio cargados positivamente e iones de cloruro cargados negativamente. Esto le permite a la corriente viajar a través de la solución. En presencia de un ácido (el vinagre), la corriente eléctrica hace que los iones del metal se disuelvan y viajen en la dirección de la corriente, que, en este caso, se aleja del metal a grabar. Esto le quita de forma definitiva masa (metal) a la superficie tratada cambiando su textura, lo que hace que la luz se refleje de manera diferente. De esta manera las marcas serán permanentemente visibles.
La reacción también produce el cloro, que causa la efervescencia. Este es el proceso opuesto de recubrimiento electrolítico (galvanizado), que sería el resultado de invertir la polaridad de la corriente.
La cantidad de gas de cloro producido dependerá de el cloruro contenido en la solución de sal, presente en el hisopo de algodón. Este gas sólo es producido cuando hay corriente eléctrica fluyendo y como es tóxico, este trabajo se debería hacer en un lugar bien ventilado.
Probablemente nos preguntaremos sobre el riesgo de corrosión en la zona tratada. Tanto el acero inoxidable como el aluminio forman una capa oxidada sobre su superficie cuando son expuestos al oxígeno. Esta capa oxidada es la que los protege de la herrumbre y la corrosión. Unos segundos después del grabado, la superficie del área grabada se oxidará nuevamente y será igual al resto de la olla.
Algunos cerveceros instalan en sus ollas un costoso “sight glass” (tubo de cristal graduado) para controlar los volúmenes. Otros sumergen una varilla graduada para una medición más casera. Solía usar este último método, pero me cansé de confiar en un instrumento extra durante la cocción con el riesgo añadido de contaminación.
Investigando el grabado de metal, encontré por casualidad una técnica comúnmente usada por fabricantes de cuchillo para estampar su marca sobre sus cuchillos.
Esta técnica consiste en grabar con ácido electrolítico. Parece complicado, pero lo he adaptado para usar materiales baratos de uso doméstico.
Vamos a usar el vinagre como ácido y para facilitar este proceso, debemos convertirlo (al vinagre) en conductor. Para esto, simplemente añadimos un electrólito, en este caso, sal.
La fuente de poder debería estar alrededor de 9 a 12 voltios. Las baterías trabajan bien pero si tenemos un transformador de corriente continua, podríamos usarlo perfectamente en el lugar de una batería. Una fuente de corriente continua (como ser una batería o un trafo) dejará una señal blanca, mientras que una de corriente alterna, grabará en una señal más oscura, pero ambas serán permanentes.
Para aplicar el ácido y la corriente, usted construirá un instrumento de grabado con un hisopo que, en una de sus puntas, sostendrá un cable encargado de transmitir la corriente desde la batería a la cabeza de algodón empapada en vinagre.
Este método no está limitado a grabar sólo marcas de volumen en ollas, podríamos añadir un logo a casi cualquier pedazo de equipo metálico (tanto aluminio como acero inoxidable). ¡Imaginemos nuestro logo por todas partes en nuestra cervecería!
Entonces ¿cómo es el trabajo?... Aquí está la ciencia detrás de ello: En el vinagre, la sal se disuelve en iones de sodio cargados positivamente e iones de cloruro cargados negativamente. Esto le permite a la corriente viajar a través de la solución. En presencia de un ácido (el vinagre), la corriente eléctrica hace que los iones del metal se disuelvan y viajen en la dirección de la corriente, que, en este caso, se aleja del metal a grabar. Esto le quita de forma definitiva masa (metal) a la superficie tratada cambiando su textura, lo que hace que la luz se refleje de manera diferente. De esta manera las marcas serán permanentemente visibles.
La reacción también produce el cloro, que causa la efervescencia. Este es el proceso opuesto de recubrimiento electrolítico (galvanizado), que sería el resultado de invertir la polaridad de la corriente.
La cantidad de gas de cloro producido dependerá de el cloruro contenido en la solución de sal, presente en el hisopo de algodón. Este gas sólo es producido cuando hay corriente eléctrica fluyendo y como es tóxico, este trabajo se debería hacer en un lugar bien ventilado.
Probablemente nos preguntaremos sobre el riesgo de corrosión en la zona tratada. Tanto el acero inoxidable como el aluminio forman una capa oxidada sobre su superficie cuando son expuestos al oxígeno. Esta capa oxidada es la que los protege de la herrumbre y la corrosión. Unos segundos después del grabado, la superficie del área grabada se oxidará nuevamente y será igual al resto de la olla.
Materiales Necesarios:
- Olla (Aluminio o Acero Inoxidable)
- Vinagre blanco con acidez del 5 %
- Sal
- Batería de 9 voltios o fuente ( transformador).
- Cable eléctrico
- Cinta aislante
- Hisopo
- Esténcil
Pasos a Seguir
1- Marcar la olla
2- Uso del Esténcil
3- Preparar la solución ácida
4- Conectar la olla
5. Preparar el instrumento de grabado
6- Grabado
Mojamos la punta del hisopo en la solución de vinagre y tocamos con ella la olla. Si oímos algún chisporroteo o vemos burbujear, significa que el sistema trabaja bien. Esto sólo toma unos segundos de contacto para disolver permanentemente parte del metal. Debemos mantener siempre la punta del hisopo en para obtener una marca pareja. Veremos que el algodón ira cambiando de color al absorber el material desprendido pero esto no afecta el funcionamiento el grabado. Recordemos que las marcas efectuadas serán permanentes así que debemos tomarnos nuestro tiempo para lograr un buen trabajo.