Es muy habitual que cada cierto tiempo salte a la palestra alguna noticia sobre las bondades de la cerveza. Que si es buena para el corazón y la salud cardiovascular, que si es buena para los huesos, que si es antioxidante… Incluso aquí en Medciencia nos hemos hecho eco de algunas de estas noticias con titulares como que la cerveza nos ayuda a hidratarnos tanto como el agua después del ejercicio.
Sin embargo, en esta entrada no vamos a hablar de los beneficios de la cerveza (ni mucho menos), pero sí vamos a argumentar que, en caso de consumir cerveza después del ejercicio físico, cuál puede ser más o menos apropiada.
Y es que, como sabréis, la cerveza se obtiene de la fermentación de cereales como la malta y el lúpulo. Por tanto, no es de extrañar que en su composición nutricional encontremos que además de alcohol, aporta pequeñas cantidades de hidratos de carbono (y sí, nuestro cuerpo necesita hidratos de carbono, además de proteínas, para una óptima recuperación post-ejercicio) así como ciertas vitaminas y minerales tales como potasio, magnesio o vitaminas del grupo B (aunque, todas ellas, en cantidades bastante inferiores de las que podemos encontrar en cualquier otro alimento).
Por otro lado, si sois deportistas, también estaréis al tanto de que la recuperación tras el ejercicio lo es todo en el rendimiento deportivo (si no se recupera bien, no se asimila la carga de entrenamiento y, por ende, no se progresa). Por ello, hay que andar con especial cuidado con el contenido alcohólico de las bebidas, pues según se apunta en un estudio publicado en el European Journal of Applied Physiology, cantidades superiores a 1g de alcohol por Kg de peso corporal afectan directamente a la recuperación post-ejercicio.
Teniendo en cuenta todo esto, nuestros “premios” a la mejor y peor cerveza post-entrenamiento son los siguientes
(redoble de clarines y timbales…)
El premio a la peor cerveza post-entrenamiento es para…
Voll-Damm doble malta
No hay nada especialmente malo en la Voll-Damm doble malta, salvo que su contenido alcohólico es del 7,2%. Unos 2 puntos por encima de la media de cualquier otra cerveza rubia. Como consecuencia, contiene un mayor valor energético y aporta más alcohol. Y, obviamente, alcohol no es precisamente lo que tus músculos están pidiendo después de un buen entrenamiento.
El premio a la mejor cerveza post-entrenamiento es para…
Buckler 0,0
Y es que, la Buckler 0,0 ó cualquier otra cerveza “sin” destaca por poseer una mayor cantidad de hidratos de carbono (en su mayoría de alto índice glucémico, es decir, óptimos para la recuperación) debido a que la malta y el lúpulo utilizados apenas fermentan . Es decir, queda una bebida casi libre de alcohol y con un mayor contenido de hidratos de carbono, por ello su composición es más propicia para la recuperación post-ejercicio. Sin embargo el contenido en proteínas de la cerveza es muy pobre, por lo que para conseguir una buena recuperación deberemos acompañarla junto con una tapa proteica como unos berberechos, unos mejillones o un platito con lonchas de jamón.
Antes de terminar: una pequeña reflexión…
Para finalizar el artículo me gustaría matizar que, como ya hemos comentado al principio, es muy habitual encontrarnos con titulares y noticias que ensalzan las beneficiosas propiedades de la cerveza. Sin embargo, debemos tener precaución al leer y escribir estos titulares porque con ello estamos contribuyendo a crear un marco de beneficios y ventajas exageradas que acaban haciendo creer al ciudadano que si no toma una cerveza, esta desperdiciando una oportunidad de oro para tomar antioxidantes, mantenerse bien hidratado y/o mantener una buena salud cardiovascular y ósea.
Por ello, personalmente, no veo con buenos ojos que expertos y portavoces en salud pública aconsejen y/o ensalcen los beneficios del consumo de algún tipo de bebida alcohólica. Y no me estoy oponiendo con esto al consumo de cerveza, pues soy el primero que disfruta tomando una, pero sí estoy opiniéndome a promover su consumo por razones saludables y de hacer creer a la población que su consumo de asocia con infinitos exagerados beneficios.
Nos vemos en la carretera y los bares.
El buen runner bebedor bien sabe, cuanta cerveza le cabe.